jueves, 16 de febrero de 2012

Él

Hoy, me he despertado en Venecia, a juzgar por el aspecto diría que estoy en el siglo xx.
Me encuentro sentada en una góndola con un chico algo moreno, de ojos marrones verdosos, de cuerpo esbelto y fuerte, que me sujeta sujeta la mano suavemente y con fuerza a la vez.
Hay algo especial en él, no sabría especificar el qué, pero aun sin saber quién es ese chico, aun sin conocerlo, ya me hace sentir especial.
Esa sensación de bienestar que tienes cuando estás con alguien en quien confías mucho, mientras haces algo que te encanta y con lo que pasarías horas haciendo.
Puedo oír como los mercaderes gritan con fuerza..
- ¡Manzanas frescas!, ¡manzanas frescas!
- ¡al rico melocotón!
Hay un suave olor a churros mañaneros y se puede oír como corren los niños jugando por las calles.
A lo lejos, se oyen las campanadas de una iglesia.
De nuevo vuelvo a centrarme en él y comienzo a relajarme, nuestros cuerpos van acercándose lentamente y los latidos de nuestros corazones laten cada vez más rápido...
Comienzo a cerrar los ojos, y cuando menos lo espero ya estoy dormida.
Solo a sido un sueño, pero un sueño precioso.